Happy Birthday Ritchie
Hay músicos que se han consagrado por su inconfundible talento y por crear verdaderas joyas que se mantienen décadas después. Ritchie Blackmore es uno de ellos.
A Richard Huges Blackmore, que cumple 75 años este 14 de abril, se le reconoce por ser la figura principal y fundador de la banda pionera del hard rock Deep Purple, una de las más influyentes de todos los tiempos.
Nació el 14 de abril de 1945, en Weston (Inglaterra). A los dos años se muda junto a su familia a Heston y a los once su padre le regala su primera guitarra acústica. Con tan solo 13 años forma con varios compañeros de colegio, 21’s Junior skiffle Group, su primera banda. Un año más tarde su padre vuelve a regalarle una guitarra, esta vez acústica, y poco después comienza a tomar clases con Big Jim Sullivan.
Su carrera musical es un atiborrado e intrincado camino a través de muchos géneros dentro del panorama musical. Desde sus inicios participó en vivo y en estudio con The Outlaws, Screaming Lord Such’s Savages, Neil Christian, Houston Wells y algunos más. Formó parte en bandas de respaldo de artistas como: Gene Vincent, Jerry Lee Lewis y Tom Jones. Aún adolescente, llegó a ser un veterano en la escena de Hamburgo, semillero de la mayoría de los actos que se conoce como “Rock clásico”, participando en unas 400 grabaciones de temas como músico de sesión.

Deep Purple en su formación inicial
En 1968 el batería Chris Curtis le propone crear una banda que se llamaría “Deep Purple” y que Curtis abandona antes de estar conformada. Finalmente, la banda quedaría constituida por Jon Lord al teclado, Ian Paice en la batería, Nick Simper en el bajo y Rods Evans como vocalista y que pasaría por tres alineaciones diferentes hasta su desaparición en julio de 1976. Un año antes, en la primavera de 1975, Blackmore abandonó la banda por disconformidad con el rumbo musical que estaba tomando.
Durante su estancia en Deep Purple encontró tiempo para formar un power trío, Baby Face, con Phil Lynott de Thin Lizzy y con Ian Anderson de Jethro Tull, produciendo 9 álbumes de estudio.
Abandonada la banda, se plantea la grabación de un álbum de estudio en solitario para lo que cuenta con el vocalista Ronnie James Dio y su banda de blues-rock Elf. Esta colaboración, pensada sólo para una vez, se mantuvo como proyecto de banda continua hasta 1983. Primero como Ritchies Blackmore’s Rainbow, abreviado posteriormente como Rainbow, uno de los grupos pioneros del heavy metal.
De abril de 1984 a noviembre de 1993 reconstruyó Deep Purple, con dos alineaciones diferentes y 4 álbumes de estudio. De 1994 a 1997: realizó una nueva reencarnación de Rainbow presentándose en todo el mundo con Stranger In Us All.
Desde 1997, junto a su pareja Candice Night mantiene el proyecto Blackmore’s Night, una banda de folk renacentista con la que lleva grabados 10 álbumes de estudio, 3 directos y varios DVD’s.

(Photo by Ian Dickson/Redferns)
Virtuosismo, soberbia, técnica, prepotencia, genio, liderazgo o creatividad son algunas ideas que describen la compleja personalidad de quien es uno de los músicos más influyentes de la historia contemporánea. En una época en que los guitarristas bebían en su gran mayoría del blues, con sus escalas pentatónicas y sus cadencias, amante por igual tanto de Bach como de Elvis Presley, fue uno de los pioneros en romper las cadenas que ataban al nuevo rock. El mundo del rock tiene a excelentes músicos que han sabido captar y desarrollar su profesión en torno a una guitarra, pero muy pocos, casi nadie, ha tenido la facilidad de crear melodías convertidas en himnos a lo largo de la historia del hard rock. Ritchie Blackmore estaba en la época adecuada y fue un adelantado.
Sus influencias de están muy definidas. Por un lado la música clásica. por otro el Blues y finalmente la música renacentista europea. Influencia esta última totalmente desarrollada en su proyecto al margen del Rock, Blackmore’s Night, una evolución en la que deja muestras de su dominio de la guitarra clásica y otros instrumentos como zanfona o mandolina.
Los memorables riffs de Blackmore suenan únicos y frescos, a pesar de que muchos de ellos se basan en las mismas cajas pentatónicas menores y en notas individuales, jugando con una sensación aleatoria, a la vez que intercala descansos para agregar más ritmo. Lo mismo ocurre con los solos. Cada solo que toca tiene ideas melódicas distintas.
En 1968 Deep Purple teloneó a Cream durante una gira por EEUU. Ritchie Blackmore tocó una vieja Fender Stratocaster que Eric Clapton ya no usaba. Sin saberlo, le estaba cediendo el testigo de un nuevo sonido a través de las seis cuerdas. Fueron pocos los shows de la incipiente banda junto a Cream, A Clapton no le gustó nada que el público se quedara atónito con el sonido que desprendía Blackmore. Demasiado protagonismo. Tres años después y fruto de la casualidad, de las manos de Blackmore saldría el riff más reconocido en la historia del rock, el de Smoke on the Water.
Corría el mes de diciembre de 1971 y la banda había llegado a Montreux, Suiza, para grabar un álbum en el estudio móvil de los Rolling Stones que estaba estacionado al lado del Casino, al borde del lago de Ginebra. Mientras se encontraban en el estudio, en el casino se desarrollaba un concierto de Frank Zappa y The Mothers of Invention. A mitad del espectáculo, un fan disparó una pistola de bengalas contra las vigas de madera, que rápidamente se incendió. Zappa detuvo la música y dirigió a los fanáticos a las salidas. En cuestión de horas, el edificio se había quemado hasta los cimientos.
Las llamas y el humo se reflejaban en el agua del lago Ginebra y eso es lo que vio Roger Glover, el bajista de Deep Purple desde la venta de su habitación en el Hotel Edén : “smoke on the water”. Con esa imagen soñó un par de días después, dando pie al título de la canción.
Superando todos los problemas e inconvenientes y a punto de agotar los recursos económicos, el 22 de diciembre, el álbum quedaría terminado con sólo siete canciones. El sexto disco de Deep Purple, “Machine Head” aparecería en marzo del año 1972. Tuvo una gran aceptación y rápidamente alcanzaría el número uno en varios países, sin embargo Smoke on the water no aparecería como single hasta un año después.
En realidad se trata de una canción bastante simple. Un riff básico de guitarra que actúa como introducción e interludio, junto con secciones de versos y coros. En lugar de puente, un giro al final del solo de guitarra agrega tensión y liberación, terminando el tema en un desvanecimiento. Una versión posterior complicaría este final.

Ritchie interpreta el riff con dos dedos, el pulgar y el índice. Tirando de dos cuerdas simultáneamente. El efecto es diferente al de tocarlas con una púa, como hacen la mayoría de los guitarristas. La profundidad del sonido original es inalcanzable con púa, y desde luego, tocado de otra forma, o en una sola cuerda, el efecto hubiera sido muy diferente.
Un tema simple que un grupo de excelentes músicos y una producción impecable han elevado a la categoría de clásico. Aunque la atención se centre en el guitarrista y el vocalista, es la batería de Ian Paice la que lo impulsa. A menudo no se percibe la precisión de su batería, pero si se presta atención se descubre que es lo que realmente domina la ejecución. Escuchando cualquier relleno de batería que une las diferentes secciones de la canción, se revela una técnica masiva junto con un sabor insuperable. El hecho de que parezca tan fácil es exactamente lo que hace que las piezas encajen y funcionen.
Por otro lado, el riff se dobla con el sonido del Hammond de Lord, y la línea de bajo de Glover aporta una base rítmica tan juguetona como la de la batería. La entrada inicial de cada instrumento sobre el riff de Blackmore es toda una clase de «in crescendo rockero», y la canción se convierte por méritos propios en uno de esos himnos sencillos, de estructura simple, totalmente ajeno a relojes y calendarios, adictiva y atemporal.

‘Shadow of the Moon’ que contó con la participación de Ian Anderson de Jethro Tull, constituyó el debut de la banda renacentista Blackmore’s Night
Aunque todavía quedan tiendas de instrumentos musicales en las que se puede ver un cartel con el mensaje “Prohibido probar las guitarras tocando Smoke on the wáter”, Ritchie Blackmore ha llegado prácticamente a aborrecerla hasta el punto de evitar tocarla en sus últimos conciertos. Para Blackmore es sólo su carta de presentación para los ‘forasteros’ del rock, valorando más otros temas como Highway Star, Hush, Strange kind of Woman, Burn, Perfect Strangers, Black Night, Mistreated, Speed King… o las siguientes de Rainbow: Stargazer, Difficult to Cure (una fabulosa interpretación de la Novena de Beethoven) Long Live Rock N Roll, Gates of Babylon, Kill the King o Man on the Silver Mountain.
La “nostalgia” y la “artritis” en sus manos le ha llevado a regresar a un escenario para interpretar rock, música que ya no escucha al considerar que “murió” hace tiempo. en diversas giras desde 2017 al frente de un Rainbow renacido que el pasado junio le trajo a Fuengirola. Quizás se sorprenda de lo candente y viva que continúa y, entonces, haga un último servicio al rock con un puñado de ideas frescas derramadas sobre un pentagrama.