Memorias de una gira

Foto: La Espuma de los Días - Helena

Foto: La Espuma de los Días – Helena

Hay cosas en la vida que pasan porque tienen que pasar. Como esta. Quedan pocas cosas más que decir del Pólvora tour. Incluso nosotros hemos dicho algo ya. Más de 120 bolos, varios sold out, conciertos inolvidables… Así que ahora que se cierra,  es el momento de volver la vista atrás para tratar de ver por qué, si es posible.

El Barclaycard Center Arena había vendido todas las localidades que se habían puesto a la venta (que no todo el aforo) para despedir a Leiva y su Leiband. La gira volvía a Madrid para decir adiós y había una mezcla extraña en el ambiente. Se van a echar de menos unos a otros. En el repertorio novedades, pocas o ninguna, el añadido de Hace calor entre los bises. En el escenario tampoco. No hubo invitados sorpresa ni para cantar Sixteen, tema que interpreta junto a Fito Cabrales y Carlos Tarque. Un rock and roll muy divertido que ha sacado a principio de este año y que invita a mover las caderas de forma casi irresistible.

Foto: La Espuma de los Días - Helena

Foto: La Espuma de los Días – Helena

Leiva y sus chicos se subían por última vez a un escenario puntuales para despedir Pólvora con Los Cantantes. Se iban con Lady Madrid, con todos los móviles guardados en el bolsillo. Y en medio los que ya son sus nuevos éxitos. Palomas si se me permite tuvo una fuerza especial y Por mi tripa consiguió poner los pelos de punta a más de uno. Sin alardes especiales ni temas especialmente alargados. Tal vez algún que otro solo a la guitarra que antes no estaba, llegando el concierto a rozar las 2 horas cuando lo normal son unos 100 minutos. Pero igual es que no hacía falta más. Un sonido que envidiaría cualquiera de las bandas que ha tocado en ese recinto este año y que habla por si solo de la calidad del equipo técnico que los acompaña y el espectáculo que les ha hecho arrasar allá por donde han pasado.

He visto conciertos de esta gira en las más variopintas situaciones y solo puedo concluir que tiene algo que engancha.  Algo que explica ese doble disco de oro concedido hace un par de semanas y las miles de entradas que este tipo flaco y desgarbado ha vendido.

Foto: La Espuma de los días - Helena

Foto: La Espuma de los días – Helena

Toca con un grupo de amigos y eso se nota. Se transmite incluso sin verle, como anoche, de rodillas delante de su hermano o chocando el puño con César Pop. Les da igual donde estén. Ellos van a trabajar y a pasárselo bien.  O a pasárselo bien y a trabajar.

La primera vez que lo vi fue una de las cuatro Rivieras. Sí,  cuatro.  Sí, llenas. Y me dije al salir: claro, es Madrid,  este tío tiene que vaciarse aquí.  Es su público, su casa… Pero luego,  coincidiendo con las vacaciones,  lo vi en un recinto mucho más pequeño y menos lleno, eso sí,  junto al Atlántico.  El concierto en el Baluarte de la Candelaria no tuvo nada que envidiar al de la capital.  Divertido,  enérgico.

Al volver de las vacaciones,  entre unas y otras me fui a verlo a las fiestas de San Sebastián de los Reyes.  Un público en teoría más difícil.  Fiestas. Y sin embargo,  el de Alameda de Osuna se los metió en el bolsillo en la primera canción. Y ya puestos,  lo que me faltaba para terminar de completar el arco. Un concierto gratuito para clientes de una compañía de telefonía.

Foto: La Espuma de los Días - Helena

Foto: La Espuma de los Días – Helena

Aquí me dije: ya si que sí.  Toca cuatro canciones y se larga. Pues no, el flaco se sentía agusto en el escenario y se marcó un concierto difícil de olvidar. Y además en distancias cortas y recintos pequeños, gana.

Así que podemos afirmar que Leiva se conoce bien su oficio.  Que es tocar y enganchar al público a la música. Da igual donde,  desde el momento en que agarra su guitarra tiene que dejarse la piel. Probablemente ese sea el gran secreto que se esconde detrás del éxito de Pólvora. Quizás por eso no había que añadir a una fórmula que funciona: un trabajo honesto, que suene bien y que transmita emociones, que como él mismo dice «se cuele en los coches y las cocinas de la gente».