Rock de tres generaciones

El día europeo de la música coincide con el inicio del verano y la Fnac decidió celebrarlo a ritmo de rock. A pesar de las altas temperaturas, montó un escenario en el centro de la capital y desde última hora de la tarde las guitarras comenzaron a sonar. Para que hubiera para todos, reunió a tres generaciones de rockeros sobre el escenario. Sidecars, Burning y M Clan tocaron gratis para aquellos que consiguieron entrar en la madrileña Plaza de la Luna.

SIDECARS Foto: La Espuma de los días - Helena

SIDECARS
Foto: La Espuma de los días – Helena

Abrieron fuego Sidecars. La banda liderada por Juancho consiguió que el público vibrara a pesar del calor que hacía. Los más jóvenes disfrutaron de algunos de los éxitos de esta joven banda madrileña que promete grandes noches en un futuro. Fuego cruzado, Contra las cuerdas, Soy fan de ti… Cada una fue coreada por las primeras filas, donde se arremolinaba el público más joven, mientras que los más mayores miraban con curiosidad a estos chicos que tienen los modos de siempre.

Quizás precisamente por la juventud, les falta el aplomo que tienen otros sobre el escenario. Pero si siguen por el camino que van y terminan de echarle cara al público, cuando dejen de presentarse entre tema y tema porque no haga falta… Tienen los mimbres para convertirse en una banda con un gran directo y un sonido propio, que ya ha presentado sus bases en el tercer disco que han presentado entre el año pasado y este y que lleva por título Fuego Cruzado.

BURNING Foto: La Espuma de los Días - Helena

BURNING
Foto: La Espuma de los Días – Helena

La cosa, me van a perdonar, decayó un poco con Burning. A mi, la intervención se me hizo larga. Quizás por no saber asumir el paso de los años en las nuevas creaciones de la banda que suenan a más de lo mismo. Y Pepe Risi, además, sólo hubo uno. Sí, Que hace una chica como tú no sonó mal, pero comparada con la energía que habían dejado los de Alameda de Osuna en el escenario supo a poco.

Ni siquiera con Mueve tus caderas se consiguió remontar. Murmullos y conversaciones por la plaza tenían más el aspecto de concierto gratuito en el que me tomo algo mientras suena música de fondo. Quizás un poco menos de tiempo habría conseguido aguantar la tensión generada por los chicos de Sidecars sobre el escenario que, a pesar de la alta temperatura, saltaron, gritaron y se dejaron la piel como hacen cada vez que agarran los instrumentos.

M-CLAN Foto: La Espuma de los Días - Helena

M-CLAN
Foto: La Espuma de los Días – Helena

Porque luego llegaban ellos. Carlos Tarque y Ricardo Ruiperez. M Clan. Los de Murcia se vaciaron y Madrid volvió a saltar a ritmo de rock. Tarque es, probablemente, el mejor frontman que tenemos, casi me atrevería a decir el único a la altura de las grandes bandas internacionales. Es un tipo con un carisma y una energía arrolladores. Además es divertido, espontáneo. Muy payaso. Y sin embargo hay un segundo en el que deja todo eso atrás.

No me sorprendió de Ricardo. El guitarra de M Clan tiene pinta de serio. De hermano mayor pendiente de que no te descarries. Así que sale al escenario como es, para luego soltarse. Sin embargo, poco antes de subir, Tarque estaba bromeando con todos como suele, «abandono el rock», «no pienso subir», pero cuando tocó la barandilla de la escalera, por un segundo, miró al infinito completamente serio y soltó aire. Se acabaron las bromas, empieza lo serio. Así que todos los que lo vimos sabíamos que el de Murcia venía a hacer lo que mejor sabe: hacer vibrar a la gente. Después de ese segundo, subió a saltos la escalera y se desbocó en el escenario como suele, sin importar si habían ido a verle o no. Si se sabían sus canciones o no. Que, además, se las sabían.

Foto: La Espuma de los Días - Helena

Foto: La Espuma de los Días – Helena

Los solos de Prisco o Koke, los saltos de Tarque, un Ricardo Ruipérez más en primera línea que otras veces jaleando al público. Si salían al escenario salían y no importaba que el público no hubiera pagado. Si estaban allí tenían que participar. Y eso sólo he visto que lo consiguiera otro, quizás el referente de todos: Miguel Ríos, que conseguía hacer de un concierto para unos pocos elegidos, no por falta de espacio precisamente ni exceso de precio, una experiencia única.

M Clan remontó con creces. Una versión de una hora de su concierto aniversario en el que no faltaron ni Calle sin luz, Maggie despierta, con paseo por la plaza incluido, Perdido en la ciudad o Carolina. Y como suelen, pidiendo al público que se quedara a dormir, se puso fin a la noche, que acabó con las pilas cargadas y ganas de más gracias a ese diablo de la huerta que es capaz de hacer gritar al más tímido.

Una gran noche de rock para recibir al verano en domingo como si fuese sábado y para dejar claro que si hay algo que el rock tiene en este país es presente y futuro.

 

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