Llegan los Oscar II: Boyhood
Vaya por delante que el cine de Richard Linklater me gusta. Tiene esa pátina de cotidiano que muchas veces es tan difícil de conseguir, la que hace que todo parezca aún más artificial cuando se intenta sin éxito. Por tanto la película tenía todos los puntos para convencerme. Y lo hizo. Sólo me dejó una duda, ¿hasta qué punto la valoración de la cinta no responde más al experimento de rodar una misma historia, con los mismos actores, durante 12 años?
A Linklater le gusta jugar con las historias y el tiempo. Ya lo hizo con la trilogía de Antes de…, en la que mostraba la trayectoria de dos personajes en tres momentos puntuales pero haciendo que el tiempo transcurrido entre una y otra fuera el mismo que en la realidad. Así en las vidas de Jesse y Celine transcurren 9 años, los mismos que para Ethan Hawke y Julie Delpy, entre cinta y cinta. Aquí, por el contrario, transcurren 12 años en los cuales ha ido rodando una semana componiendo un collage de 2 horas y 40 minutos en los que vemos crecer ante nuestros ojos a Ellar Coltrane. Quizás ese sea uno de los problemas del largometraje, que es mucho peso para los hombros de un actor novel que, aunque consigue resolver la historia, sí es cierto que parece resentirse conforme la necesidad dramática aumenta.
Sus padres (Patricia Arquette y Ethan Hawke) le brindan todo el apoyo posible y, quizás, la mejor escena de la película sea la que comparten en la graduación del su hijo. Ambos están nominados como actores de reparto (ella se llevó el Globo de Oro en esa categoría mientras que él, nominado cómo actor principal, se quedó sentado en su mesa). Parece poco probable que el cambio de rivales le dé más posibilidades a uno de los actores fetiches del director, donde J. K. Simmons o Edward Norton podrían contar con más posibilidades, mientras que ella sí podría tener opciones a repetir discurso.
La película funciona, como lo hacen todas las de Linklater, gracias a su suavidad dirigiendo (no soy imparcial y me encantaría verle recogiendo su premio) y a su habilidad construyendo guiones (por el que también opta a subir al escenario). En cuanto a Mejor Película, ha sido aclamada por la crítica y fue considerada como la mejor cinta dramática por la Asociación de la prensa extranjera de Hollywood, así que junto con Birdman parece partir desde la primera línea de la parrilla.
La historia es simple: la vida de dos hermanos con sus padres separados y como van encajando los desastres que suceden en el mundo de los adultos mientras ellos intentan crecer. Se centra sobre todo en Mason, el hijo menor del matrimonio, que comienza con 5 años y termina entrando en la facultad de Tejas. No hay grandes giros argumentales y es fácil empatizar con los personajes, lo que hace que a pesar de la extensa duración no se acabe haciendo monótona.

Ethan Hawke, Ellar Coltrane, Patricia Arquette and Richard Linklater reunidos en el Sundance Film Festival
Pero no hay que esperar grandes acontecimientos o catástrofes, es una familia tejana que lucha contra las adversidades, los desengaños amorosos propios o ajenos y los problemas de hacerse adulto. En cualquier caso, una historia bien contada, apoyada en los secundarios y que supone un experimento interesante al ver como van acumulando años y experiencias conforme el tiempo real pasaba. Quizás eso sea suficiente para que sea la mejor película del año.