Un viaje en la montaña rusa de Revólver

caratulaRevolver ha vuelto. Me refiero al de siempre. Al que nunca debió irse. Lo pensaba mientras en mi equipo comenzaba a sonar la harmónica con la que se inicia Babilonia (primer corte y tema que da título al undécimo trabajo de estudio del artista madrileño, a los que hay que sumar los 4 que tiene en directo). Es un disco sobre los sueños, que nace en un momento de crisis que es cuando más hay que aferrarse a ellos. Pero no los sueños irreales e inalcanzables, sino aquellos que nos espolean y nos ayudan a seguir adelante.

Carlos Goñi, que aunque nació en el barrio de Las Ventas con seis años se trasladó al de Los Ángeles (Alicante) y escondió su timidez tras ese rotundo nombre, cantó mi adolescencia. Es capaz de escribir letras de las que uno piensa: «esto es lo que yo sentí pero mejor expresado», que se convierten en algo propio. Me ha hecho saltar y me ha hecho llorar. Y ahora, con el paso del tiempo, hay temas de la banda que escucho con la sonrisa en los labios propia del recuerdo.

Eso era lo que pasaba por mi cabeza mientras terminaba segundo corte y primer singleEntre las nubes, un tema que habla de ese sol que siempre brilla y por el que hay que seguir peleando pese a todas las dificultades. Y ya, el tercero, me pilló a contramano. La moral mora en la moneda es muy crítica, con las palabras casi fraseadas y muy directas, en la que hace un claro retrato de la sociedad actual. Un tema con mucha fuerza que mi fantasiosa mente ya comenzó a imaginar en directo.

Las letras, nadie va a descubrir esto a estas alturas en el trabajo de Carlos Goñi, son de las que requieren que pasen por la cabeza dos o tres veces para alumbrar todos los versos. De la primera vez, uno se deja llevar por la guitarra, que resuena con fuerza, por ejemplo en Respirando bajo el agua, o mucho más suave, en Las armas rotas una de esas baladas con las que Revolver se clava hasta el tuétano.

Recupera con Babilonia la influencia más americana y rockera, con ecos de Young, después de un viaje por otros estilos. Un retorno que ya comenzó con Enjoy, su primera grabación de un concierto eléctrico, y que aquí se consolida. Esa que le hizo llegar a un sonido propio, reconocible y que marcó álbumes como Calle Mayor.

La sensación que deja Babilonia es la de un viaje en una montaña rusa de emociones. El disco te sube con riffs vibrantes y fuerte presencia de la percusión, para luego bajarte en baladas que suenan tenues y cálidas, con temas de fondo que reflejan la sociedad actual como Lo que no se da, que me dejó como imagen la sonrisa del payaso, esa sonrisa que se mantiene aunque todo se derrumbe. Una montaña rusa que termina con Teamotemor, un tema con el que Goñi vuelve a desnudar los sentimientos, y en la que después de darme dos vueltas seguidas por puro placer, al bajarme, me hizo buscar en mi discoteca El Dorado y encontrar una de esas canciones de las que hablaba. Esas que sólo escuchas cuando te apetece recordar.

revolver-ok-720x300Prensentan este undécimo trabajo como un giro en la discografía de Revólver y en cierta forma lo es, mirar atrás sin duda lo es. También es un disco que mira a la realidad a los ojos, con sus luces y sus sombras. Y, sin duda, yo también prefero «tener el alma partida en mil trozos que por estrenar».